lunes, 10 de mayo de 2010

La iglesia de la compañia


La Iglesia de la Compañía es uno de los monumentos más visitados en el Ecuador, debido a que constituye el mejor ejemplo del estilo barroco iberoamericano. Su singular belleza y la importante e imponente decoración le han hecho acreedora a un sin fin de títulos.
La construcción de la Iglesia inició en el año de 1605, varios ingeniosos jesuitas aportaron con su talento para realizar esta obra, pero fue el italiano de Mantua, Marcos Guerra quien aportó con la construcción de las cúpulas ubicadas en las naves laterales y crucero así como también con la construcción de la bóveda de cañón corrido que cubre la nave central de la Iglesia. El templo de la Compañía contó también con el apoyo de la mano de obra de los innumerables artistas de la Escuela Quiteña, así mismo, fueron ellos quienes pusieron su habilidad y entrega para tallar y dorar con fina lámina de oro cada centímetro de la iglesia.

Durante 160 años se edificó y decoro con magnificas obras de arte la iglesia, muestra de ello son los 16 cuadros de los profetas, serie pictórica atribuida a Nicolás Javier Goríbar, artista ecuatoriano del siglo XVIII, el dorado del retablo mayor atribuido a Bernardo de Legarda, el púlpito primitivo y retablos de los transeptos atribuidos a Marcos Guerra y el famoso cuadro del Infierno realizado en 1620 por Hernando de la Cruz, del cual Alejandro Salas elabora una copia en 1879 la misma que hoy en día se mantiene en el interior del templo al igual que el cuadro del Juicio Final, que fue pintado también por Hernando de la Cruz en el siglo XVII.
La fachada de la Iglesia es una sobresaliente obra del estilo barroco, construida toda en piedra gris de origen volcánico. Tiene cada espacio cubierto con el más mínimo detalle finamente labrado



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